Son aquellos que se realizan de manera percutánea, empleando agujas o catéteres con el objetivo de llegar a una estructura que es causante del dolor con el propósito de bloquear, modular la transmisión o producir la ablación de dichas estructura nerviosa para evitar la transmisión del dolor. Estas técnicas no emplean cortes ni operaciones quirúrgicas.
La ablación consiste en la destrucción de una estructura empleando cirugía o la aplicación de medios físicos (radiofrecuencia o calor) y/o químicos (alcohol o fenol).
Estos procedimientos se realizan con propósitos diagnósticos (establecer la causa del dolor) y terapéuticos (tratamiento), y forman parte del intervencionismo en dolor.
Son procedimientos que se emplean con fines diagnósticos (identificar la causa) o terapéuticos (parte de un tratamiento) en los pacientes que tienen dolor. Estos procedimientos son seguros en manos entrenadas con escasos efectos secundarios. Requieren el uso de equipos que ayuden con la identificación de imágenes y guiar las agujas (Rayos X, ecografía y neuroestimuladores), y el empleo de equipos avanzados como catéteres y bombas para administración continua y aparatos de radiofrecuencia (transmite electricidad para hacer neuromodulación en la vía que transmite el dolor).
Las técnicas buscan disminuir el dolor evitando su transmisión, por lo que tendrán una repercusión importante en el manejo general del paciente con dolor. Este efecto terapéutico puede durar meses o años según la técnica a utilizar en cada caso particular.
Pueden ser diagnósticos y/o terapéuticos. Se emplean anestésicos locales y medicamentos antiinflamatorios que se depositan en la proximidad de estructuras nerviosas con el objetivo de evitar la transmisión del dolor. Como principales ventajas de su utilización son la identificación de los tejidos blandos, vasos sanguíneos y nervios, sin exponer a los pacientes ni al personal a la radiación. Así mismo brinda la posibilidad de realizar el procedimiento con imágenes continuas que permite ver en tiempo real, el paso de la aguja y del medicamento que se esté utilizando.
Las vertebroplastias, cementoplastias y xifoplastias se emplean para estabilizar fracturas por compresión en la columna vertebral y huesos grandes afectados por el envejecimiento o el cáncer. Se inyecta un cemento quirúrgico en el interior directamente o empleando balones especiales.
Pueden ser diagnósticas y/o terapéuticas. Empleo de anestésicos locales y medicamentos antiinflamatorios que se depositan en la proximidad de estructuras musculares, tendinosas, articulares, etc. Con la finalidad de disminuir la transmisión del dolor y la inflamación.
Los neurolíticos son sustancias químicas (alcohol o fenol) que producen destrucción de tejido nervioso dando lugar a una analgesia prolongada. Requiere un estudio o y bloqueos diagnósticos previos que puedan comprobar los efectos de interrupción temporal del dolor originado por la estructura objetivo.
Los procedimientos (bloqueos, infiltraciones) guiados por fluoroscopio (rayos X) son modalidades no-quirúrgicas del manejo del dolor, que junto con la farmacoterapia (medicamentos) y la terapia física, ayudan a la recuperación funcional del paciente que presente algún proceso doloroso a nivel de la columna vertebral, miembros superiores e inferiores, cráneo, tórax y abdomen.
Aplicación Toxina Botulínica: la Toxina Botulínica es una sustancia producida por una bacteria anaeróbica llamada Clostridium Botulinum y ésta a su vez está formada por la neurotoxina botulínica, es utilizada para su actividad bloqueante selectiva, temporal y reversible de la neurotransmisión en las terminaciones periféricas colinérgicas de la unión neuromuscular, lo que produce debilidad y disminución del tamaño de las estructuras musculares infiltradas. Por su fácil aplicación y mínimos efectos secundarios ha sido una de las principales elecciones por el grupo médico para el manejo de algunas patologías como lo son:
Son procedimientos terapéuticos que busca tratar el dolor agudo y crónico originado en regiones específicas que corresponden a un nervio que previamente ha respondido de manera satisfactoria a bloqueos. Se usa un equipo de alta tecnología que genera ondas técnicas o pulsadas sobre la raíz nerviosa. Ocasionalmente se administra un anestésico local y un esteroide al finalizar el procedimiento. Se emplean cánulas (agujas) y electrodos que se insertarán por vía percutánea hasta la proximidad de estructuras nerviosas para administrarles una dosis de calor generado por un campo eléctrico, ocasionando una lesión térmica pequeña y controlada o la modulación de la estructura nerviosa evitando que se transmita el dolor. El procedimiento puede aliviar el dolor de 3 a 6 meses y en algunos casos periodos más prolongados de alivio.
La técnica de Intervencionismo requiere:
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